- No solo pueden, sino que incluso tienen el derecho-deber, en cuanto bautizados, de participar en los diversos momentos de la vida de la Iglesia, como:
· perseverar en la oración personal, conyugal y familiar;
· escuchar la Palabra de Dios;
· frecuentar la celebración de la Santa Eucaristía, haciendo incluso la Comunión espiritual;
· practicar el espíritu y las obras de misericordia, para implorar así, día tras día, la gracia de Dios;
· empeñarse en las obras de caridad y en las iniciativas de la comunidad a favor de la justicia;
· educar los hijos en la fe cristiana… .
- De este modo comprenden y manifiestan que su participación en la vida de la Iglesia no puede ser reducida exclusivamente a la cuestión de recibir la eucaristía.